viernes, 2 de marzo de 2012

¿Te animás a navegar?

El amanecer y el atardecer en la playa son simplemente perfectos, el sol se esconde y nace en el mismo lugar...en ningún lugar. 
Irónicamente  sirve de inspiración para uno de los sentimientos mas imperfectos: el amor. Y dejenme decirles, que cuando lo pienso, simplemente necesito correr para otro lado, ponerme a salvo de un mar en el que no puedo nadar, para el que no estoy entrenada. 
Ahogarse en "el amor" es inhabilitar a cualquier salvavidas a rescatarte pero yo vine con uno y se llama cerebro ,es quien reduce al corazón y lo obliga a vivir en una laguna, de aguas tranquilas, donde pueda navegar en mis miedos.
Hace semanas que un remolino en el pecho intenta salir. Un impulso natural de escapar, de saltar, de correr al ocaso, llegar donde nace el sol y darme cuenta que el limite entre vos y yo no existe si lo que miramos es el mismo mar, que la luna reflejada en el agua es la misma para los dos, y conecta nuestras distancias, tu corazón y el mio porque sos capaz  inclusive de crear olas en mis lagunas, solo para animarme a navegar.
Sólo el (buen) tiempo nos dará la posibilidad de que ancles tu barco y me lleves a recorrer el mar hasta el infinito, donde nuestro sol haga que todo sea perfecto.