martes, 24 de abril de 2018

La invisibilidad del ser

La invisibilidad del ser que mendiga atención.
Que espera, paciente.
Cambios que no le pertenecen a otro.
Amor condicionado a una evolución que involuciona. Que es, como es y no como debería.
Expectativas muertas.
El tiempo que no se recupera.
Historias cruzadas, heridas abiertas, nunca sanadas.
Futuro trunco de imaginación platónica.
Cargas mal repartidas.
Un entero fraccionado, tantas veces que son mil pedazos.
Realidad abrumadora.
Invisibilidad del vencido.
Aceptación del fallido.
Vacío espiritual.
Tangilibilidad de promesas incumplidas.

La invisibilidad del ser, que comienza a ver.

martes, 1 de agosto de 2017

Escondidas

No se quién soy ni si quiero averiguarlo.
Repito una y otra vez viejos hábitos que no le hacen bien a nadie, que no me hacen bien a mi.
Trato de escaparme de mi misma, creo cerrar etapas que están tan latentes como mi corazón.
No quiero (bueno, quiero) refugiarme en alguien más.
Sé que no está bien, pero al menos siento que estoy segura por un rato. ¿Puedo distinguir acaso lo bueno de lo malo?
La vida no me deja demasiadas opciones.
Imploro que llegue el momento para escaparme.
De mi, del dolor, de lo no resuelto.
Sé que no dura demasiado, sino mirá, estoy sentada escribiendo; sin poder dormir.
No quiero avanzar. En realidad, si soy honesta sé que quiero. No me atrevo.
Estoy cubriendome los ojos, haciendo que pase el tiempo, intentando no ver.
Crecer da miedo.
Sanar también.
Necesito respuestas a preguntas que no puedo hacer, no tengo la valentía.
Quiero esconderme un rato más de mi.
De quien soy.
No se si voy a gustarme pero tampoco puedo ignorarme.

¿Podré buscarme?

No quiero contar hasta diez.


No quiero encontrarme.

lunes, 13 de febrero de 2017

Rondas

Se acerca sigilosa de noche mostrándome lo que se llevó. 
Lo que ya no está. 
Lo que desapareció. 
Entra en mi piel y la eriza.
Llega a mis pulmones agitando la respiración. 
Se clava directo en mis lagrimales mientras veo pasar recuerdos de su sonrisa, de cuando todo era como se suponía que debería ser; feliz.
Aterriza en mi corazón y convulsiono. 
Cierro los ojos, me arde la garganta, no tengo fuerzas para evitar llorar. 
Logró su cometido. 
Me seco la cara. Decido dormir. 
No es tristeza.
Es la muerte que decidió incluirme en su ronda nocturna. 

viernes, 3 de junio de 2016

Adiós

Intenté decir esto mil veces.
Sí, ya sé que no querés, que no podes. Pero quedate. Es un ratito.
Leé esto porque no se puede seguir así.
Me estoy yendo. Pará, no quiero que pienses que te dejé de querer. No creo que alguna vez deje de hacerlo.
Esto que hago es también porque te quiero, porque quiero que podamos ser felices.
Estoy acá, hoy, para cerrar esta puerta que no puede seguir abierta. Nos hace mal a los dos y lastimamos a mucha gente en el camino.
No pongas esa cara, te prometo que se van a abrir otras.
Sólo quiero que sepas que te deseo lo mejor del mundo, de verdad. Aunque a veces creas que no es así.
Que siempre vas a estar en algún pensamiento, que no te olvido. Tuvimos nuestro momento y fue mágico.
El amor lo es, ¿Sabés?
Sé que estás agobiado y que sentís que no va a pasar. Te juro que sí.
Vas a encontrar el amor. Uno que te haga sonreír, que te llene los ojos de brillo, que te haga cosquillas en la panza.
Uno fuerte e intenso como el nuestro. Vas a estar curado, preparado, listo. 
Un amor que te permita ser libre aunque quieras atarte, que te haga suspirar, proyectar, ilusionar.
Sí, un poco se me anuda la garganta pensando en eso. Pero no existe nada más increible que un sentimiento que despierta a todo el resto.
Siempre voy a estar acá para vos, y no es una frase armada.
Te voy a consolar y a escuchar, soy incondicional con la gente que amo.
Cuando todo el caos pase, te voy a ayudar a limpiar y a ordenar.
Quiero que seas feliz y sé que querés lo mismo para mí.
Para eso, tenemos que soltarnos las manos. Vamos en direcciones opuestas.
Gracias, por todo. Por lo bueno y lo malo. Por hacer de mí la mujer que soy hoy después de haber vivido todo lo que vivimos.
Gracias por hacerme soñar, sonreír, creer, llorar.
Y sí, me arde la garganta y los ojos se me llenan de lágrimas.
Esto es lo mejor para los dos.
Avanzá, no me olvides, aprendé. Enamorate perdidamente, arriesgalo todo. De una u otra manera vas a salir ganando, te lo apuesto.
No caigas en la rutina, no pierdas la fe. Luchá por lo que querés, con todas tus fuerzas; hasta que te caigas al piso, y una vez ahí, seguí luchando.
Vos más que nadie sabe cómo.
Amá con locura cada cosa que hagas, a cada persona que se cruce en tu vida.
Basta de llorar, de sentir culpas. Tenés una sola vida, ¡Vivila!
Buscá la felicidad, andate de los lugares donde no la sientas.
Nunca dejes de intentar hacer realidad tus sueños. Es lo que nos hace seguir.

Ahora voy a cerrar la puerta. No te asustes, va a estar todo bien. Por ahí encontrás una ventana.

Te quiero con todo mi corazón y sé que vos me querés así con el tuyo.
La próxima vez que nos encontremos, va a estar todo mejor.

Te lo garantizo.

Adiós.

lunes, 16 de mayo de 2016

Avanzar

it´s time to move on.

Es hora de avanzar, de dejar el pasado atrás, de crecer, de aprender.
¿No es lo que siempre decimos? tomamos aire, bastante coraje y repetimos como un mantra
"Vamos a cerrar esta etapa, estoy lista para saltar, para seguir"
Y creo que estoy en ese preciso momento.
Mi novio me engañó, mi mamá se murió, mi ex novio volvió a engañarme. De nuevo.
¿Y con eso qué?
¿No se trata de esto la vida?
Intentamos sobrevivir al día, ponernos una sonrisa, quedarnos con lo bueno, que el balance salga positivo.
Que venga lo que tenga que venir y que mis ganas de sobreponerme al caos sean más fuertes, más grandes, más potentes.

Quiero, necesito, imploro que venga lo bueno.
Que me despierte un mensaje de "buenos días", que me roben un beso, reírme hasta que me duela la panza, que me sorprenda el amor.


Quiero, necesito, imploro tocarme las heridas y que estén cicatrizadas.
Que me recuerden lo que pasé.
Que extrañar ya no duela.
Darle paso a lo nuevo, dejando que la historia —mi historia— me marque, me cambie, me enseñe.


Quiero, necesito, imploro que lo viejo, lo vivido, lo sufrido haga su trabajo y le dé paso a esta mujer que nunca va a dejar de intentar brillar a través de la oscuridad.
No importa cuan oscuro eso sea.

Inhalo, profundo y repito como un mantra "Vamos a cerrar esta etapa, Flor"

 Estoy lista para saltar, para seguir.




it´s time to move on.

miércoles, 6 de abril de 2016

Salvador

Me mira hecha pedazos y me abraza en sus te quiero y en su todo va a estar bien,
seca mis lágrimas en prometo que te voy a arrancar la tristeza.

Llena los vacíos de momentos especiales, justo cuando me creí fría.
A lo lejos me llega su calor, y me mira jurando que esto va a pasar y que puedo contar con él.

Me acaricia.

Se encarga de reavivar el tiempo muerto en el que estoy envuelta.
Sumergido en lo profundo me hace renacer, en sus ojos puedo ver el reflejo de los míos.

Se lleva mis ganas de rendirme a un lugar tan profundo que resurjo en sonrisas.

 Y me mira, lleno de amor.


 Pero yo sólo veo un salvador.

jueves, 24 de octubre de 2013

Lágrimas

Me metí donde no debía y terminé como esperaba.

¿Viste cuando sabés que se termina? Bueno yo sabía.

Lo esperaba en el cuarto, como habíamos acordado, las cosas no se complicaron más de lo normal.
Tocó la puerta y cuando abrí estaba apoyado contra la pared, contemplándome.
Tenía los ojos azules aún más azules.
Se acercó, me besó en la boca y me abrazó.
Después nos saludamos.
Te extrañé.
Necesitaba verte.
Y nos amamos. Un millón de veces, hasta que se escondió el sol.
La vida real y las responsabilidades impostergables me hicieron ausentarme unas horas.
Volví.
Dormía.
Lo despierto con comida y besos.
Y revivió.
Y nos fundimos en besos y caricias de nuevo.
Dormimos.
Se despertó buscándome en la cama, donde yo ya no estaba.
A la hora del desayuno, me encontraba ahí de nuevo.
Al mediodía lo dejé en la terminal, tenía que volver. Estábamos en el taxi y nos besamos.
Se bajó y entre los "buen viaje" y los "buscá el teléfono que dejaste en lo de tu amiga", se fue.
Seguí viaje y me acordé que no le dije que lo amaba, que gracias por todo.
Sí, lo escribo.  Pero no se lo dije. No quería arrepentirme. Fui a buscarlo.
Estaba nervioso y ansioso y quería irse.
El colectivo no llegaba y no podía ni mirarme.
—Vamos a caminar— le dije.
Y lo vimos llegar.
Nos dimos un abrazo, de ese que llenan los ojos de lágrimas.
Le dije un "te amo" tímido, bajito, imperceptible cerca del oído.
Lo ví irse junto a la promesa de "no voy a llorar".


Hoy se dió cuenta de cuán imposible es, de que no podemos seguir, de que no va a funcionar y que le duele más que a mi.
Y lloré.
Lloré porque no podía respirar, porque el corazón se me rompía.
Lloré porque sabía como iba a terminar y entre risas y besos, entre caricias y abrazos pensé que quizas en ese mundo lo nuestro era posible.
Lloré por el amor que siento.
Lloré por los nudos en la panza.
Lloré por los miedos que se hacían realidad.

Llore por mi

      Por él

          Y por las esperanzas que morían en ese momento.