lunes, 15 de abril de 2013

Inalcanzable


La conquista, la hombría, los chistes, las risas y el juego de palabras.

Se enciende la pantalla del celular. Está vibrando. Apurado desbloqueás el teclado que tiene una clave digna de la Casa Blanca. Porque nadie puede enterarse del mundo que hay ahí dentro.
Ahí está ella: hermosa, prohibida, inalcanzable pero a la vez tan tortuosamente palpable. Una historia de idas y vueltas, de pasiones, curiosidades y lujuria.

¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Un universo para explorar entre dos personas queriendo escapar de la realidad,  coqueteando con la fantasía.

—Hola— El mensaje de ella, claro, corto, conciso.
Te ha escrito y es tu oportunidad de avanzar, lento, cauteloso.

La viste pasar con un avatar sugerente, leíste lo que escribe (nada memorable, quizás apenas un poco ingenioso).
La seguiste, y lograste llamar su atención. Algo bastante fácil de conseguir en estos tiempos de una mujer.
Luego de unos días, ella también te siguió. Por fin podemos hablar en privado, fue lo primero que pensaste.
Ahí está, el mensaje que tanto esperabas, después de unas humoradas subidas de tono y unos piropos tímidos (siempre lo son) finalmente te escribió.

Una voz te saca del ensueño y te cuesta entender lo que te dice:
 —Mi amor, ¿Podés bañar los chicos? Yo preparo la cena.
Se acerca y te da un beso, bloqueás rápido el celular y le sonreís
— ¿Qué hacías?
—Nada, gorda, estoy viendo unos mails del trabajo. Viste como son. Dame un segundo y  baño a los chicos.

De vuelta a la realidad, la respuesta ingeniosa o el comienzo de una conversación prometedora tendrá que esperar a que los chicos se duerman, a que ella se duerma y puedas estar en silencio para entrar en ese mundo que transcurre lejano, como si vos fueras otro, como si tu vida no fuera tu vida.  El de la seducción.


¡No puedo creer que este pelotudo no me conteste!
¿POR QUÉ CARAJO NO ME CONTESTAS, POR QUÉ?
Parezco más pelotuda yo por estar hablándole a la pantalla de la computadora.
Le escribí desde el trabajo a las 10 y ya son las 20:15 y nada.
¿Tanto le cuesta responder un "hola"?
Al final en un mano a mano termina arrugando

—Maaaaaaaaaaá ¡hay una tarea de naturales que no me sale y es para mañana!
—Ay hijo, mirá que te revisé los cuadernos, siempre lo mismo. Papá está en camino, en 15 minutos me dijo que llega, yo tengo aún que terminar este informe para el trabajo.

22:30, indica el reloj del Iphone5. Sólo se escuchan los ronquidos de tu mujer que ya está dormida. Otra noche sin coger, para no perder la costumbre.

—Hola, bonita. Acaba de llegarme una carta, vino el del correo en burro y me trajo tu deeme. En el campo estamos con problemas tecnológicos.
Apretás enviar, rogando que esté ahí, del otro lado para contestarte.



Salís de la ducha, y mientras te secás y te pones crema frente al espejo medio empañado, ves la luz del celular parpadeando. Apurada desbloqueas el teclado que tiene una clave digna de la Casa Blanca, porque claro, nadie puede enterarse del mundo que hay dentro.

—Hola, bonita. Acaba de llegar una carta, vino el del correo en burro y me trajo tu deeme. En el campo estamos con problemas tecnológicos.
Se te dibuja una sonrisa que se refleja hasta en los ojos y pensás: "qué tarado, cómo me gusta".
Despacio y sin hacer mucho ruido apagás la luz del baño y entrás a la habitación, donde duerme tu marido, ocupando despreocupado casi toda la cama. Otra noche sin coger -pensás-  para no perder la costumbre.
Le respondés instantáneamente.
—Jajajajá, dejá de hacerte el gracioso. ¿Te parece que hablemos por Whatsapp? Es más cómodo, me parece. No te hagas el canchero al respecto. Agregame, acá está mi número.


Y en cuanto te das cuenta estas jugando con los sentimientos porque es más real, porque duele en serio, porque marca y te cambia, te devuelve a la vida.

El capricho y la obsesión, mezclado con un buen polvo, mágicamente se transforman en amor y te hacen creer una historia de Romeo y Julieta que no existe con alguien que ni siquiera conoces. Porque si hay algo que caracteriza a todo esto es que le darías el mundo a quien no compartió más que un par de noches con vos.
Todas hipótesis, promesas, esperanzas y falsas expectativas. Nada de esto es real, comprobalo, intentá jugártela.

No quiero asustarte, pero los vi en ese lugar antes, creando, soñando, actuando. El problema es que crees tan fuerte esas mentiras y te amarrás con tanta desesperación a una relación ficcionada que sólo deja al descubierto tus miedos.

Tené cuidado, no pierdas el timón, podés tirar por la borda mucho más de lo que imaginás.

Sentí sanamente, con la cabeza intacta, separá, pensá, analizá, parate en la vereda del frente y mirá.

Por ahí eligen crear una historia encantada
            cuando ambos tengan en claro que el hechizo se rompe 
                                 solamente apretando el botón "dejar de seguir".