domingo, 2 de diciembre de 2012

Reencuentro


No puedo quedarme demasiado  por acá, va a comenzar a dolernos, yo sé lo que te digo. Hay que aprovechar el tiempo.
Vi una foto tuya, tenés los ojos tristes y me estas mirando. Nuestros ojos hablan, como siempre, más que nunca.
Extraño cuando brillaban en los mios.
Tu boca me hace sonreír, porque si me vieras también sonreirías; quizá estoy esperando eso, puedo imaginar tu risa de costado, tu nuez moviéndose cuando tragás saliva porque estás nervioso.
Siento un nudo en la garganta al verte, pasó tanto tiempo, no puedo creer que de nuevo esté por acá.
Estoy nerviosa, me ponés nerviosa, despertás cada célula que creía muerta.
Y cierro los ojos y escucho mi nombre en tu voz, y cierro los ojos y te veo acomodándote el pelo, buscando una solución.
Te conozco de memoria, te repetí mil veces en mi mente, te guardé en mi corazón. Te recreé una y otra vez y, cuando eso no fue suficiente, te volví a crear.
Único. Para mí.
Te creé como a este lugar en el que puedo mirarte a los ojos y decirte todo lo que siento, la falta que me haces, cuánto me destroza y reconforta que vivas en mis recuerdos, cuánto anhelo que sean presente, cuán imposible es un futuro.
Te amé, te amo y te voy a amar siempre. Creo que eso es lo que más me asusta.
No puedo quedarme demasiado por acá, ya comencé a llorar;  sé que podes sentirlo.
Cerrá los ojos, dejame acariciarte una vez más.
Me voy, creo que estando así, cerca otra vez, vamos a dejar de extrañarnos por un tiempo.
Dame un beso apasionado, de despedida pero no para siempre, nunca lo es.

Suspiro  y guardo la foto en un archivo escondido
  donde sé
     que algún día voy a volver.