jueves, 24 de octubre de 2013

Lágrimas

Me metí donde no debía y terminé como esperaba.

¿Viste cuando sabés que se termina? Bueno yo sabía.

Lo esperaba en el cuarto, como habíamos acordado, las cosas no se complicaron más de lo normal.
Tocó la puerta y cuando abrí estaba apoyado contra la pared, contemplándome.
Tenía los ojos azules aún más azules.
Se acercó, me besó en la boca y me abrazó.
Después nos saludamos.
Te extrañé.
Necesitaba verte.
Y nos amamos. Un millón de veces, hasta que se escondió el sol.
La vida real y las responsabilidades impostergables me hicieron ausentarme unas horas.
Volví.
Dormía.
Lo despierto con comida y besos.
Y revivió.
Y nos fundimos en besos y caricias de nuevo.
Dormimos.
Se despertó buscándome en la cama, donde yo ya no estaba.
A la hora del desayuno, me encontraba ahí de nuevo.
Al mediodía lo dejé en la terminal, tenía que volver. Estábamos en el taxi y nos besamos.
Se bajó y entre los "buen viaje" y los "buscá el teléfono que dejaste en lo de tu amiga", se fue.
Seguí viaje y me acordé que no le dije que lo amaba, que gracias por todo.
Sí, lo escribo.  Pero no se lo dije. No quería arrepentirme. Fui a buscarlo.
Estaba nervioso y ansioso y quería irse.
El colectivo no llegaba y no podía ni mirarme.
—Vamos a caminar— le dije.
Y lo vimos llegar.
Nos dimos un abrazo, de ese que llenan los ojos de lágrimas.
Le dije un "te amo" tímido, bajito, imperceptible cerca del oído.
Lo ví irse junto a la promesa de "no voy a llorar".


Hoy se dió cuenta de cuán imposible es, de que no podemos seguir, de que no va a funcionar y que le duele más que a mi.
Y lloré.
Lloré porque no podía respirar, porque el corazón se me rompía.
Lloré porque sabía como iba a terminar y entre risas y besos, entre caricias y abrazos pensé que quizas en ese mundo lo nuestro era posible.
Lloré por el amor que siento.
Lloré por los nudos en la panza.
Lloré por los miedos que se hacían realidad.

Llore por mi

      Por él

          Y por las esperanzas que morían en ese momento.

lunes, 21 de octubre de 2013

Cuestionario

¿Cuán poco te querés para exponerte a una situación que te revuelve el estómago?
¿Cuánto criticaste para terminar siendo y haciendo lo mismo?
¿Cuán insoportable se vuelve una realidad?
¿Cuánto juegan tus sueños?
¿Cuán dormida tenes la esperanza?
¿Cuánto mareás tú sentido común?
¿Cuán baja tiene que estar tu guardia?
¿Cuánto vas a soportar el dolor?
¿Cuán necesario es que lo hagas?
¿Cuánto tenes que demostrar?
¿Cuán grande va a ser la caida?
¿Cuánto más vas a ceder a las palabras?
¿Cuán fuerte luchas contra tus principios?
¿Cuánto vas a aguantar?
¿Cuán inmaduro sos?
¿Cuánto daño vas a causar?
¿Cuán rápido dejás vencer lo que creés?
¿Cuánto engaño vas a soportar?
¿Cuán honesto es lo que sentís?
¿Cuánto ansiás una escapatoria?
¿Cuán resignado estás?


Antes de responder 


    entregás un corazón sano


           sabiendo que va a volver en pedazos.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Escenario


Y se fueron juntos, de gira.
Por fin podes sentir tu voz de nuevo y volar entre el arpa y la guitarra.
Un chamamé suena de fondo.
De repente te canta un bolero y te invita a pasar. A un lugar, donde puedas cantar. Se encienden las luces, ya no hay dolor. Tu cuerpo vuelve a ser tuyo.
Sonreís y te sonríe, son jóvenes de nuevo.
Y el primer acorde de la guitarra, te da el pie para entrar. Tomás aire y son uno, como siempre, para toda la eternidad.
Las notas fluyen por tu garganta, te mira y sabés que ya estas en casa.

Tranquila, no se cansen demasiado.

Te aseguro que nosotros vamos a llegar para el número final.

sábado, 10 de agosto de 2013

Amistad (¿Es?)

No sé cómo decirte esto, no sé si pueda con todo.
No sos vos, pero tampoco soy yo cuando estamos juntos y creo que ese es el problema.
No puedo contar con alguien que se da por vencido tan fácilmente, que no intenta.
Pasó todo menos el tiempo y agotamos las expectativas y las esperanzas. Nos agotamos.
No sé terminar nada, creo en los "para siempre", quizás hoy aprenda lo contrario.
Soy lo que siento, escribiendo puedo encontrarme aunque la razón sea perderte.
Busco desatar los nudos en la garganta, esos que se hicieron desde que te conocí.
Queremos lo mismo, podemos distinto. Quiero poder, simplemente no creo ser capaz.
Te quiero tanto que sería estúpido pensar que no va a doler.
Me cuesta soltarte la mano, siempre me costaron las despedidas.
Te juro que busco la forma, pero no la encuentro.
Ni siquiera soy capaz de ser honesta con vos.
No es confusión, sentimos distinto.
Se me eriza la piel, se me estruja el corazón.
Decime que me querés, dame un abrazo. Vení, te necesito.
Teneme paciencia, enseñame. Mostrame una y otra vez hasta que aprenda ¿Acaso no querés ser mi amigo?
No te vayas, no puedo perder a nadie más.


Pido más de lo que te nace darme, querés menos de lo que puedo ofrecerte.


Esta amistad nunca funcionaría, ¿no?

viernes, 26 de julio de 2013

Lisandro

Leo otra cosa porque no me puedo concentrar para estudiar. Pienso en la catarata de mensajes que nos mandamos y en los encuentros.

Sigo leyendo. 

El texto habla de sexo y pienso en que deseo eso, todo; con él. Quiero fumar pero no me acuerdo donde dejé los cigarrillos.

Suena la música y sigo leyendo.

Pienso en la amistad, leo un poco más y me acuerdo de las risas; me toco los bolsillos de la campera, dónde habré guardado los puchos. Tiene que leerlo para que se imagine lo que yo. Dejo los auriculares y reviso otra campera; dónde mierda habré dejado los puchos. Revuelvo el cajón de la ropa interior, me acuerdo que estén en una caja .Queda uno solo y la puta madre.

Leo mientras pienso en decirle al autor, que gracias por escribir eso y por mis imágenes mentales, pero no lo hago y salgo al patio con la notebook.

Prendo el único cigarrillo que tengo y le mando el link a él. Le digo que lea, porque sé que en algún momento se va a conectar y va a ver el inbox. Mi cabeza en lo único que piensa es en besarlo de nuevo y por qué no me besó la última vez que nos vimos ni la anterior. Creo que la ansiedad me va a matar.

Fueron tres salidas y cuando me habla no puedo dejar de mirarle la boca y me acuerdo de que bailamos,me agarraba de la cintura y que estaba borracha y él un poco más. Debería haberlo besado intensamente pero era un desconocido, pero ahora lo conozco. Y necesito sacar tantos pensamientos de la cabeza

Ahora escribo esto mientras le doy la última pitada al cigarrillo; mientras suena otra canción del artista que a él le gusta y que me hacía acordar a mi ex, pero que ahora me hace pensar en él, que lleva su nombre y aunque no es real, así lo conocí.


Y tengo las manos heladas y apago el cigarrillo y termino de escribir.

miércoles, 17 de julio de 2013

Retos

La edad y el entendimiento no siempre van de la mano.
No subestimes mi capacidad para apreciar la realidad.
No manipules una verdad ni defiendas la mentira.
No soy muy pendeja para aceptar una situación, ni lo suficientemente madura para dejar de soñar.
Puedo luchar de pie mucho más de lo que consideras, soy más fuerte de lo que podrías siquiera imaginar.
Creo en la gente, soy más que el reflejo de mi que veo en tus retinas y menos que las risas que compartimos,es el equilibrio lo que hay que alcanzar.
No soy tu desafío, para contrincantes basta conmigo.
No se pelear, pero aprendí a cuidar lo que quiero y es la manera más honesta de amar.

Es esto que ves
         soy lo que sentís
                          puedo ser más de lo que crees.

Sigamos creando magia sabiendo de ilusiones, conociendo que hay más de lo que una verdad puede manejar.

Acepto el reto, se consciente de eso.

lunes, 15 de abril de 2013

Inalcanzable


La conquista, la hombría, los chistes, las risas y el juego de palabras.

Se enciende la pantalla del celular. Está vibrando. Apurado desbloqueás el teclado que tiene una clave digna de la Casa Blanca. Porque nadie puede enterarse del mundo que hay ahí dentro.
Ahí está ella: hermosa, prohibida, inalcanzable pero a la vez tan tortuosamente palpable. Una historia de idas y vueltas, de pasiones, curiosidades y lujuria.

¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Un universo para explorar entre dos personas queriendo escapar de la realidad,  coqueteando con la fantasía.

—Hola— El mensaje de ella, claro, corto, conciso.
Te ha escrito y es tu oportunidad de avanzar, lento, cauteloso.

La viste pasar con un avatar sugerente, leíste lo que escribe (nada memorable, quizás apenas un poco ingenioso).
La seguiste, y lograste llamar su atención. Algo bastante fácil de conseguir en estos tiempos de una mujer.
Luego de unos días, ella también te siguió. Por fin podemos hablar en privado, fue lo primero que pensaste.
Ahí está, el mensaje que tanto esperabas, después de unas humoradas subidas de tono y unos piropos tímidos (siempre lo son) finalmente te escribió.

Una voz te saca del ensueño y te cuesta entender lo que te dice:
 —Mi amor, ¿Podés bañar los chicos? Yo preparo la cena.
Se acerca y te da un beso, bloqueás rápido el celular y le sonreís
— ¿Qué hacías?
—Nada, gorda, estoy viendo unos mails del trabajo. Viste como son. Dame un segundo y  baño a los chicos.

De vuelta a la realidad, la respuesta ingeniosa o el comienzo de una conversación prometedora tendrá que esperar a que los chicos se duerman, a que ella se duerma y puedas estar en silencio para entrar en ese mundo que transcurre lejano, como si vos fueras otro, como si tu vida no fuera tu vida.  El de la seducción.


¡No puedo creer que este pelotudo no me conteste!
¿POR QUÉ CARAJO NO ME CONTESTAS, POR QUÉ?
Parezco más pelotuda yo por estar hablándole a la pantalla de la computadora.
Le escribí desde el trabajo a las 10 y ya son las 20:15 y nada.
¿Tanto le cuesta responder un "hola"?
Al final en un mano a mano termina arrugando

—Maaaaaaaaaaá ¡hay una tarea de naturales que no me sale y es para mañana!
—Ay hijo, mirá que te revisé los cuadernos, siempre lo mismo. Papá está en camino, en 15 minutos me dijo que llega, yo tengo aún que terminar este informe para el trabajo.

22:30, indica el reloj del Iphone5. Sólo se escuchan los ronquidos de tu mujer que ya está dormida. Otra noche sin coger, para no perder la costumbre.

—Hola, bonita. Acaba de llegarme una carta, vino el del correo en burro y me trajo tu deeme. En el campo estamos con problemas tecnológicos.
Apretás enviar, rogando que esté ahí, del otro lado para contestarte.



Salís de la ducha, y mientras te secás y te pones crema frente al espejo medio empañado, ves la luz del celular parpadeando. Apurada desbloqueas el teclado que tiene una clave digna de la Casa Blanca, porque claro, nadie puede enterarse del mundo que hay dentro.

—Hola, bonita. Acaba de llegar una carta, vino el del correo en burro y me trajo tu deeme. En el campo estamos con problemas tecnológicos.
Se te dibuja una sonrisa que se refleja hasta en los ojos y pensás: "qué tarado, cómo me gusta".
Despacio y sin hacer mucho ruido apagás la luz del baño y entrás a la habitación, donde duerme tu marido, ocupando despreocupado casi toda la cama. Otra noche sin coger -pensás-  para no perder la costumbre.
Le respondés instantáneamente.
—Jajajajá, dejá de hacerte el gracioso. ¿Te parece que hablemos por Whatsapp? Es más cómodo, me parece. No te hagas el canchero al respecto. Agregame, acá está mi número.


Y en cuanto te das cuenta estas jugando con los sentimientos porque es más real, porque duele en serio, porque marca y te cambia, te devuelve a la vida.

El capricho y la obsesión, mezclado con un buen polvo, mágicamente se transforman en amor y te hacen creer una historia de Romeo y Julieta que no existe con alguien que ni siquiera conoces. Porque si hay algo que caracteriza a todo esto es que le darías el mundo a quien no compartió más que un par de noches con vos.
Todas hipótesis, promesas, esperanzas y falsas expectativas. Nada de esto es real, comprobalo, intentá jugártela.

No quiero asustarte, pero los vi en ese lugar antes, creando, soñando, actuando. El problema es que crees tan fuerte esas mentiras y te amarrás con tanta desesperación a una relación ficcionada que sólo deja al descubierto tus miedos.

Tené cuidado, no pierdas el timón, podés tirar por la borda mucho más de lo que imaginás.

Sentí sanamente, con la cabeza intacta, separá, pensá, analizá, parate en la vereda del frente y mirá.

Por ahí eligen crear una historia encantada
            cuando ambos tengan en claro que el hechizo se rompe 
                                 solamente apretando el botón "dejar de seguir".